Vacaciones de Navidad

Ya comenté hace tiempo -más del que puedo reconocer sin avergonzarme- que yo hago de perder cosas un deporte de élite y, tras muchos años de práctica, he adquirido la costumbre de esperar hasta que regrese lo que tenga que regresar. Así que, por fin, a finales del año pasado apareció la tarjeta donde tenía guardadas las fotos. Pero como me gusta vivir al límite, en vez de vaciarla inmediatamente, la metí inmediatamente en la cámara y la seguí llenando con nuevas fotos de estas vacaciones hasta dejarla a rebosar. Y es que en vez de viajar yo a casa, estas Navidades mi casa viajó a mí y, no contentos con ello, nos quedamos en Tübingen apenas lo suficiente para dar un paseo por la zona antigua. 

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