Ayer descubrí un nuevo deporte de riesgo: acuerding academic-ing. Consiste intentar que el acuerdo académico llegue sano y salvo a su destino, salvando los obstáculos que se presentan por el camino. Pues ayer me autoproclamé campeona de la modalidad contrarreloj.
Una vez que decidí las asignaturas que quería cursar fuera en mi año de Erasmus, le envié la lista a mi Coordinadora en la que figuraban las materias de la USC con sus equivalentes en Tübingen. A partir de esta lista, se elaboró el acuerdo académico que tuve que firmar -a principios de mayo- y que fue enviado, después de que lo firmaran mi Coordinadora y el Gestor Académico de mi facultad, a la Oficina de Relaciones Exteriores de la Universidad. En mi caso, la última vez que había visto ese Acuerdo Académico era el 07 de mayo, hasta hoy (chan chan chan...).
A medida que se acercaba el final del mes de mayo, estaba cada vez más preocupada porque no tenía confirmación de que hubiera llegado el acuerdo académico a Tübingen. No sabía si el fallo era que no se había enviado desde Santiago, o que no lo habían recibido en Alemania, así que le pregunté a mi Coordinadora y ayer descubrimos que en la Oficina de Relaciones Exteriores tienen tal cantidad de acuerdos académicos que, en vez de mandarlos uno por uno, los envían cuando los tienen todos, alrededor de finales de junio. Menos mal que pudieron enviarme una copia por mail, así que yo misma envié esta propuesta de acuerdo académico a Alemania, ya que, si no puedo cursar alguna de las asignaturas que pretendo, tendré que hacer una modificación. En primer lugar, mandé un mail a la Oficina de Relaciones Exteriores de la Universidad de Tübingen, en general, y otro a la de la Facultad de Medicina. En segundo lugar, mi Coordinadora me recomendó que también mandara una copia en papel, y aquí comenzó mi gran aventura.
Estaba en casa, tranquilamente, haciendo como que estudiaba, cuando me vi en la tesitura de tener que llegar hasta Correos antes de las 14:00, hora en la que pasa el camión y recoge la correspondencia. A falta de coche, me puse el casco, saqué la bici y empecé a pedalear. Cuando llegué a la oficina 15 minutos después (tiempo récord!), no sé de dónde saqué el aliento para poder hablar, porque hacía un calor insoportable. Parecía Rocky después del combate final: sudorosa, agotada, despeinada... -hasta sangré, aunque no en la cara, sino que me rocé con una ramita de un árbol que estaba tirada en la carretera y salió volando cuando pasé por encima.
Después de cubrir las direcciones en los sobres -al igual que los mails, uno para la Oficina de Relaciones Exteriores de la Universidad de Tübingen en general y otro para la de la Facultad de medicina-, como nunca se es lo suficientemente precavido, decidí mandarlo por correo urgente certificado con acuse de recibo, lo cual implicó rellenar cartones y papeles con un espacio minúsculo para los largos nombres alemanes. Cuando llegó el momento de cuñar las cartas, el sistema no funcionaba. El programa con el que trabajan en Correos había dejado de funcionar y, según me contaron allí, lo mismo ocurrió en las demás oficinas, así que no me quedó otra opción además de esperar. En total, estuve 50 minutos allí, aunque para mí fueron muchos más. Pasé la primera media hora buscando el lugar por donde salía el chorro de aire acondicionado más fuerte, hasta que llegué a la conclusión de que no había aire acondicionado. A continuación, me acordé de Tom Hanks en La Terminal: me entraron ganas de construirme una cama con los bancos, comer, aprender un idioma, hacer amigos... Finalmente, cuando estaba a punto de ejecutar el plan B -mejor no os cuento cuál era, porque no sé hasta que punto estaba dentro de los márgenes de la ley-, el ordenador volvió a funcionar y pude mandar las cartas.
Ahora solo queda esperar, aunque como tarden mucho voy yo misma a Alemania a preguntar cómo va el tema!
Mini-actualización (unas 4 horas más tarde): acaba de llegar a mi buzón un acuse de recibo. Sí, yo también pensé que era demasiado rápido como para ser el de ayer, pero en realidad es el de la solicitud de admisión que había enviado el 20 de abril.
Mini-actualización (unas 4 horas más tarde): acaba de llegar a mi buzón un acuse de recibo. Sí, yo también pensé que era demasiado rápido como para ser el de ayer, pero en realidad es el de la solicitud de admisión que había enviado el 20 de abril.
jajaja...ya inventando nuevos deportes eh!! :)n m sorprenderia verte n alemania exigiendo xd.mucha suerte tom hanks con las asignaturas!!
ResponderEliminarBueno, si el 02 de junio te llega el acuse de recibo del envío del 20 de abril con un poco de suerte los acuses de recibo de estas cartas a que haces referencia en el post, llegan antes de que te marches tú a Tübingen.... jjejejejej! "Spain is diferent"
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