Erasmus for dummies (parte 1)

Empezamos con papeleo: ya soy oficialmente una futura estudiante de Erasmus. A pesar de las parrafadas que escribo, yo soy más de ciencias que de letras, así que cuando salió la convocatoria y tuve que leerla entera casi me vuelvo loca -tanto, que hasta recurrí al tópico de buscar erasmus en Google, y a ver qué salía. Para todos aquellos que tengáis curiosidad, o que hayáis aterrizado aquí por medio de consultas desesperadas a Google, os voy a contar cómo ha sido el proceso desde "eh, quiero irme" a "eh, que me voy" en mi universidad, para que os hagáis una idea.


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Todo empieza cuando se publica la convocatoria, que en la Universidad de Santiago viene siendo, en estos últimos años, a finales de diciembre, una semana o dos antes de que empiecen las vacaciones de Navidad. Esta convocatoria contiene lo básico del programa erasmus. Lo primero que hay que hacer es cubrir la solicitud siguiendo las instrucciones. En la USC, tienes que rellenarla online y luego llevar el papel impreso que sale al final al Registro de la Universidad. 

Un punto importante dentro de la solicitud son los idiomas. El mínimo nivel exigido es B1 de inglés para todos los países, excepto Italia, Francia, Portugal y Alemania, en donde hay que saber, respectivamente, italiano, francés, portugués y alemán. Llegados a este punto, hay dos opciones: o presentas un certificado válido (la convocatoria incluye un anexo en el que se especifican qué títulos admiten para cada idioma), o bien te presentas a los exámenes organizados por la propia USC. En el primer caso, debes entregar una fotocopia de los certificados en el Registro, junto con el impreso de la solicitud online. 

Si tienes que ir a los exámenes, debes indicarlo en la solicitud en la casilla destinada a tal fin. He de decir que yo fui a todos los exámenes de las lenguas que conocía, y tentada estuve de ir también al resto, por si tenía suerte. Casi todos los que nos presentamos, si hemos estudiado el idioma en el instituto, aprobamos. Si no hubo suerte, o bien te han puesto una nota que crees que no se corresponde con lo que debería ser, hay un periodo de revisión de los exámenes.

 Después de estudiar que cada uno ha entregado los documentos pertinentes (fundamentalmente y hasta donde yo sé, la solicitud se ha entregado en papel y los idiomas están debidamente justificados), se emite una lista con los candidatos admitidos y excluidos. Después de un plazo determinado para reclamar si crees que ha habido algún error, se publican las listas definitivas.

Dichas listas se mandan a las facultades, en donde los destinos se reparten entre los estudiantes. Para mí, estos fueron los momentos más inciertos, porque cada facultad tiene su propia manera de trabajar, de forma que en ningún sitio estaba escrito cuándo sería el reparto, de qué manera se haría, etc. En mi caso, el coordinador elaboró un ranking de los estudiantes según el expediente académico y, el día de la reunión, nos fueron llamando individualmente y cada uno iba escogiendo el destino que quería, dentro de las posibilidades del idioma. Una vez realizada la reunión, se publica la lista de los destinos asignados a cada persona y, después de otro plazo más para reclamaciones, la facultad lo envía a la Oficina de Relaciones Exteriores.

Con todo esto hemos llegado ya a principios de abril y nuevamente se abre un plazo para cubrir un impreso mediante el cual rechazamos o aceptamos el Erasmus, y esto es lo que hice hoy. A partir de ahora, tengo que ponerme en contacto con el coordinador de mi facultad y esperar a que la Universidad Eberhard Karls Tübingen me contacte a mí. 

Hasta aquí la parte aburrida por hoy, pero aún no ha acabado. En sucesivas entradas (de ahí lo de "parte 1") os iré comentando mis aventuras en los tenebrosos mundos de la burocracia. 

Hasta el próximo post!

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