Copias de seguridad


La canción es de Slumdog Millionaire; básicamente me gusta mucho, pero además va bien con el tema de esta entrada; su segundo nombre -el de la canción y, ya que estamos, también el de la entrada- es You are my destiny.

Algo pasó. Algo que sabía que pasaría en algún momento, porque es mi destino, pero había estado evitándolo lo máximo posible. Sin embargo, al final he bajado la guardia apenas un instante, lo suficiente para que ocurriera. He perdido las fotos. 

Tenía el plan de escribir hoy sobre la excursión que hicimos al Bodensee (Lago Constanza). Todo era idílico y de color rosa chicle -a veces, incluso rosa pastel-. El sol brillaba cada mañana, solo le faltan los últimos retoques al texto, las fotos estaban preparadas y, además, tenía una pequeña sorpresa. Pero hoy por la mañana me desperté con el ruido de la lluvia, me temí lo peor y lo peor ha ocurrido. No encuentro ni las fotos originales, ni las fotos editadas -probablemente porque estaban dentro de la misma carpeta- ni la copia de seguridad que tenía de ambas. Llevo toda la mañana saltando entre dos flashbacks: cuando en primero perdí los apuntes de todo un mes -así fue como aprendí a hacer copias de seguridad-, y cuando en segundo perdí otra vez los apuntes porque perdí la copia de seguridad -y así fue como aprendí que no es buena pasearse por la facultad con una memoria USB que contiene la mitad de tu carrera universitaria. Ahora no tengo más remedio que aplicar una técnica que he desarrollado y depurado tras muchos años perdiendo cosas: esperar a que aparezcan solas. Si ellas mismas pueden perderse sin mi ayuda -porque en esta ocasión estoy convencida de que fui ordenada y guardé cada cosa en su sitio- entonces lo más lógico es que sean ellas las que aparezcan solas de nuevo, sin mi ayuda. Así funcionó, por ejemplo, hace dos semanas, con una zapatilla que finalmente apareció enganchada al velcro del puño en mi cazadora de los fines de semana. 

Hay quien piensa que esta actitud es un poco despreocupada, pero yo prefiero creer que soy optimista y no malgasto el tiempo en asuntos que cuya única solución es esperar -por mucho que me enfade. Así que, dejando atrás el dramatismo, no todo está perdido, porque aún tengo una (pequeña) novedad: Mr. Gallerino. Como una imagen (a veces) vale más que mil palabras, mejor no lo cuento; lo enlazo. Iré subiendo poco a poco las fotografías de los posts anteriores, a medida que las tenga listas. De momento ya se pueden ver las "fotografías que jamás antes habían visto la luz" del día en Stuttgart


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